Comunicados de prensa, gestión de entrevistas de portavoces, artículos de opinión, gestión de comunidades en redes sociales, videos divulgativos, convocatorias de responsabilidad social corporativa, post de blogs, posicionamiento de páginas web, dossiers, clipping…
Estas semanas han sido una auténtica vorágine de creación de piezas y contenidos para reorientar y reforzar la comunicación y reputación de las marcas.
En este momento en el que muchos sectores se ven forzados a parar o disminuir drásticamente su actividad, con la comunicación pasa lo opuesto y los profesionales de este sector trabajamos con mayor agilidad con esta herramienta que es un activo empresarial intangible e imprescindible.
Estamos aislados pero hiperconectados. Un contexto en el que hay que trabajar mucho para salvaguardar la imagen y comunicación de las empresas pero que, además, requiere de directivos que sepan atribuir a la comunicación el valor y potencial que tiene.
La comunicación es necesaria, efectiva y muy útil en tiempos de crisis. Por lo que las empresas no deben caer en el error de interrumpir su rutina o reducir sus presupuestos en este campo justo en el momento en el que sus estrategias de comunicación les pueden ser muy beneficiosas.
Desde las agencias trabajamos para reforzar los mensajes, reorientándolos a la nueva situación en la que las empresas pueden posicionarse y diferenciarse de sus competidores, buscando las fortalezas y oportunidades. Algo que no siempre es fácil en momentos de adversidad.
Entender que la comunicación es uno de los activos más valiosos y puede favorecer a una empresa, reposicionándola y mostrando su resiliencia en una crisis, es fundamental. Las empresas que lo entienden y valoran pueden salir muy fortalecidas.
Los profesionales de la comunicación estos días somos gestores de este activo tan valioso y trabajamos conscientes de los tiempos y las circunstancias. Estamos al pie del cañón para mantener la confianza y mostrar la fortaleza de las marcas.